Abordar los comportamientos nocivos en contextos de salud mental implica cinco marcos clave -disuasión, contención, retribución, rehabilitación y prácticas restaurativas- con intervenciones terapéuticas basadas en la evidencia que proporcionan enfoques eficaces para promover la rendición de cuentas, la curación y el cambio de comportamiento a través del apoyo profesional de salud mental.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué las consecuencias de los comportamientos nocivos varían tanto entre los entornos terapéuticos y los jurídicos? El castigo adopta muchas formas -desde la disuasión hasta los enfoques centrados en la curación- y comprender estas diferencias puede ayudarle a navegar por sentimientos complejos sobre la rendición de cuentas, la justicia y la recuperación.

En este artículo
Comprender los objetivos del castigo en contextos de salud mental
¿Se ha planteado alguna vez por qué existen diferentes enfoques para abordar los comportamientos nocivos dentro de los marcos terapéuticos y legales? Cuando se abordan conductas problemáticas, hay varias filosofías que guían las intervenciones, desde desalentar futuras malas conductas hasta facilitar el crecimiento personal y la curación. Entender estos diferentes enfoques puede proporcionar una valiosa perspectiva sobre cómo los profesionales de la salud mental y los sistemas legales abordan los comportamientos nocivos.
Marcos teóricos para abordar los comportamientos nocivos
Los enfoques para abordar las conductas nocivas varían según las culturas y los contextos históricos. En este artículo, exploraremos diferentes marcos que se emplean actualmente en entornos terapéuticos y legales modernos. Comprender estos enfoques puede ayudar a quienes se desenvuelven en los sistemas de salud mental o jurídicos a procesar emociones complejas relacionadas con el daño y la responsabilidad.
Disuasión
El objetivo de la disuasión es prevenir futuros comportamientos perjudiciales. Un enfoque de disuasión intenta lograr esto creando consecuencias lo suficientemente desagradables como para disuadir a las personas de participar en actos perjudiciales.
La disuasión suele dividirse en dos categorías: disuasión específica y disuasión general. La disuasión específica se centra en disuadir a una persona que ya ha tenido un comportamiento perjudicial de repetirlo. La disuasión general pretende convertir en ejemplo a quienes han incurrido en conductas nocivas para crear una aversión social más amplia a tales conductas.
Las intervenciones basadas en la disuasión suelen implicar límites estrictos y a veces pueden parecer desproporcionadas con respecto al comportamiento en sí. Un ejemplo en el campo de la salud mental es el uso de contratos conductuales rígidos con consecuencias significativas en caso de incumplimiento.
Los partidarios de los enfoques basados en la disuasión argumentan que cualquier intervención que evite daños futuros está justificada, aunque implique consecuencias potencialmente graves para infracciones menores. Los críticos señalan que las investigaciones indican que la disuasión puede no reducir eficazmente los comportamientos problemáticos y sostienen que los enfoques excesivamente punitivos pueden dañar las relaciones terapéuticas.
Contención
Al igual que la disuasión, la contención pretende prevenir futuros comportamientos nocivos, pero con una motivación diferente. Mientras que la disuasión espera crear consecuencias desagradables para influir en las elecciones de comportamiento, la contención se centra en eliminar las oportunidades de comportamientos perjudiciales, haciendo que la elección sea menos relevante.
La contención se basa en la creencia de que los terapeutas y los sistemas de apoyo tienen la obligación ética de evitar que los clientes adopten conductas perjudiciales, y que dicha prevención es posible. Las intervenciones que implican contención suelen restringir ciertas libertades o el acceso a situaciones perjudiciales. En contextos de salud mental, esto podría incluir entornos de vida supervisados, programas ambulatorios intensivos con una supervisión estricta u hospitalización temporal durante periodos de crisis.
La investigación sugiere que los enfoques de contención pueden ser eficaces para determinados tipos de conductas, pero no para otras. Los críticos argumentan que es éticamente problemático restringir la autonomía de alguien basándose no en lo que ha hecho sino en lo que otros creen que podría hacer. Los enfoques de contención también se han relacionado con la preocupación por el exceso de institucionalización, que históricamente ha afectado de forma desproporcionada a las comunidades marginadas.
Retribución
A diferencia de la disuasión y la contención, el objetivo de la retribución no es prevenir los comportamientos nocivos, sino lograr una sensación de justicia. La teoría retributiva sostiene que cuando las personas adoptan comportamientos perjudiciales, están tomando decisiones conscientes y merecen consecuencias proporcionales al impacto de sus acciones.
Esta mentalidad de “ojo por ojo” sugiere que la incomodidad de la consecuencia debe corresponderse con el daño causado por el comportamiento. Aunque la retribución desempeña un papel limitado en contextos terapéuticos, puede manifestarse en enfoques que hacen hincapié en las “consecuencias naturales” de las elecciones perjudiciales.
La filosofía retributiva aparece en diversas tradiciones culturales y religiosas, pero plantea problemas éticos en la práctica terapéutica moderna. Los críticos sostienen que no es una forma eficaz de promover el cambio de comportamiento y que las investigaciones indican que muchas personas afectadas por comportamientos nocivos no encuentran satisfacción en los enfoques retributivos.
Este marco también plantea cuestiones sobre la proporcionalidad, la definición de “justicia” y cómo tener en cuenta los factores contextuales que influyen en el comportamiento. La retribución puede suscitar debates fundamentales sobre si los comportamientos nocivos representan elecciones conscientes o si surgen de enfermedades mentales subyacentes, historias traumáticas o circunstancias sociales.
Rehabilitación
El objetivo de la rehabilitación es en parte prevenir futuros comportamientos nocivos, pero se centra más en cambiar los patrones de comportamiento mediante la curación y el crecimiento. La teoría de la rehabilitación adopta una visión más holística de los comportamientos nocivos que la teoría retributiva, argumentando que dichos comportamientos a menudo son el resultado de factores psicológicos, sociales o ambientales más que de simples elecciones individuales.
Las personas con problemas de salud mental, antecedentes traumáticos o desventajas sociales son más propensas a los comportamientos nocivos. La rehabilitación sugiere que si todos contaran con el apoyo y las herramientas de afrontamiento adecuadas, los comportamientos nocivos disminuirían. Las consecuencias no deben centrarse en crear malestar, sino en facilitar un cambio positivo.
Algunos ejemplos de enfoques rehabilitadores son la terapia cognitivo-conductual, la atención informada sobre traumas, la formación en habilidades, los programas educativos y el tratamiento por consumo de sustancias u otros problemas de salud mental.
Los críticos de los programas de rehabilitación sostienen que a veces se centran demasiado en cambiar el comportamiento individual sin abordar los factores sistémicos que contribuyen a los comportamientos nocivos, y que la teoría de la rehabilitación puede asignar demasiada responsabilidad a los factores externos y no lo suficiente a la agencia individual.
Prácticas restaurativas
Las prácticas restaurativas comparten el mismo objetivo que la retribución -la justicia-, pero abordan este concepto de forma muy diferente. Mientras que la teoría retributiva sostiene que, puesto que el comportamiento dañino causa dolor, la justicia debería implicar consecuencias proporcionales para la persona que causó el daño, los enfoques restaurativos sugieren que la justicia debería centrarse en curar el daño causado.
Los defensores de las prácticas restaurativas sostienen que la justicia no debe consistir en garantizar el mismo sufrimiento, sino en permitir que quienes han causado el daño asuman su responsabilidad y contribuyan a la curación.
Los enfoques restaurativos suelen incluir prácticas como la reparación de daños, la reparación de relaciones, la compensación por pérdidas, la participación en mediaciones, la participación en círculos comunitarios de sanación o la prestación de servicios a los perjudicados o a la comunidad en general.
Los críticos señalan que los enfoques restaurativos no son apropiados para todas las situaciones. Por ejemplo, el énfasis en el perdón en algunas prácticas restaurativas podría ser problemático en casos de violencia doméstica o interpersonal, en los que el perdón podría permitir nuevas dinámicas perjudiciales.
Encontrar apoyo para experiencias relacionadas con comportamientos nocivos
Comprender estos diferentes enfoques puede no hacer que las experiencias con comportamientos dañinos sean más fáciles de procesar emocionalmente. Tanto si has sufrido daños como si te has involucrado en comportamientos dañinos, atravesar estas situaciones puede ser emocionalmente complejo.
Buscar terapia para ayudar a procesar estas emociones puede ser beneficioso. La terapia virtual a través de ReachLink proporciona una forma accesible de apoyo, ya que elimina las barreras geográficas y ofrece una mayor flexibilidad de horarios que la terapia tradicional en persona. La posibilidad de reunirse desde la comodidad del propio hogar también puede reducir el estigma que a veces impide a las personas buscar ayuda.
Las investigaciones demuestran que la terapia virtual puede ser tan eficaz como la terapia presencial para muchos problemas de salud mental. Un estudio que examinaba la atención de salud mental en entornos institucionales descubrió que los servicios de telesalud ampliaban el acceso a la atención y reducían las barreras al tratamiento. Independientemente de lo que hayas vivido o hecho, todos los seres humanos merecen tener acceso a un apoyo compasivo en materia de salud mental.
Para llevar
Los distintos enfoques para abordar los comportamientos nocivos tienen objetivos variados, pero en última instancia todos pretenden crear individuos y comunidades más sanos. Navegar por situaciones que implican daño puede ser un reto emocional, independientemente de su papel, y la terapia virtual a través de ReachLink puede proporcionar un valioso apoyo en los momentos difíciles. Nuestros trabajadores sociales clínicos están capacitados para ayudarle a procesar emociones complejas y desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables, todo ello desde la comodidad y privacidad de su propio espacio.
PREGUNTAS FRECUENTES
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¿En qué se diferencia la terapia del castigo a la hora de abordar un comportamiento nocivo?
La terapia se centra en comprender las causas profundas del comportamiento nocivo y en desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables. A diferencia del castigo, que hace hincapié en las consecuencias, los enfoques terapéuticos como la TCC y la TDC ayudan a las personas a reconocer los desencadenantes, a desarrollar habilidades de regulación emocional y a crear cambios positivos en el comportamiento a través de la comprensión y el desarrollo de habilidades.
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¿Qué enfoques terapéuticos son más eficaces para la rehabilitación?
Las terapias basadas en pruebas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia dialéctico-conductual (TDC) y la atención informada por el trauma, son muy eficaces para la rehabilitación. Estos enfoques ayudan a las personas a desarrollar la autoconciencia, la regulación emocional, las habilidades de comunicación y las estrategias de afrontamiento saludables, al tiempo que abordan los problemas de salud mental subyacentes que pueden contribuir a comportamientos perjudiciales.
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¿Cómo funcionan las prácticas restaurativas en un entorno terapéutico?
La terapia reparadora se centra en reparar el daño y reconstruir las relaciones en lugar de abordar únicamente el comportamiento. Los terapeutas ayudan a las personas a responsabilizarse, a desarrollar la empatía, a reparar el daño cuando proceda y a trabajar por la curación de todas las partes afectadas. Este enfoque suele incluir terapia familiar o sesiones de terapia de grupo cuando resulta adecuado.
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¿Cuándo se debe acudir a terapia tras un comportamiento perjudicial?
La terapia debe considerarse tan pronto como sea posible después de que ocurra un comportamiento dañino, ya sea como la persona que causó el daño o como la que fue dañada. La intervención temprana ayuda a prevenir la escalada, aborda los problemas subyacentes y apoya los mecanismos de afrontamiento saludables. La terapia es beneficiosa tanto si es obligatoria como voluntaria, ya que proporciona herramientas para el cambio positivo y la curación emocional.
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¿Puede la terapia ayudar a equilibrar la rendición de cuentas con la curación?
Sí, la terapia crea un espacio seguro para explorar simultáneamente la responsabilidad personal y la curación. Los terapeutas ayudan a las personas a reconocer sus acciones y el impacto de las mismas, al tiempo que abordan el trauma, los problemas de salud mental y el desarrollo de comportamientos más saludables. Este enfoque equilibrado favorece un cambio genuino en lugar de simplemente evitar las consecuencias.
